MAR DEL PLATA.- El 4-2 de Racing sobre Boca lo dice todo. Hubo un mandamás en la Feliz, pese a que en un momento el dominio de los de Avellaneda haya entrado en un pozo, con los dos goles de Andrés Chávez en el amanecer del segundo tiempo.

Desde el vamos, una “academia” más entera supo romper las redes de Guillermo Sara. Primero fue Diego Milito, después Marcos Acuña. Y ya con el 2-0 antes del cuarto de hora a su favor, se sintió tan cómodo que siguió buscando aumentar la ventaja cuando eso casi le cuesta más de un susto atrás. 

Lo poco que produjo Boca, con Magallán y Rolín fuera de sí y dando demasiadas ventajas en defensa, fue por el carril de Leonardo Jara y por la potencia de Chávez, que hizo un doblete. ¿Era justo el empate parcial? No.  Pero duró poco: Delfino (otra vez muy flojo) cobró dos penales y Bou los cambió por gol y la victoria. (Especial)